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ICHI EFU. UNA HISTORIA REAL SOBRE EL TRABAJO EN LA CENTRAL NUCLEAR DE FUKUSHIMA
De la mano de @NormaEdManga viene ICHI EFU. Un apasionante relato sobre las labores de limpieza y recuperación de la central nuclear de Fukushima en formato #manga.
Este año se cumplen cinco años del trágico terremoto y tsunami que asoló la región japonesa de Tôhoku, afectando gravemente a la central nuclear de Fukushima I. La zona recupera lentamente la normalidad gracias, principalmente, al sacrifico de personas como el autor de este manga, que narra su experiencia en las labores de limpieza de la central nuclear.
En Ichi Efu su autor nos cuenta, en primera persona, cómo vivió su año trabajando en Fukushima, qué le impulsó a arriesgar su vida en ese trabajo, el proceso de selección de personal, la preparación de los trabajadores y el día a día de la central, permitiéndonos conocer detalles hasta ahora nunca vistos de estas complicadas labores de desmantelamiento y de cómo lo vivían los hombres que, conociendo los riesgos a los que se exponían, aun así acudían diariamente a la central para intentar evitar una catástrofe aún mayor. Un relato apasionante y estremecedor sobre las consecuencias de una de las mayores catástrofes de estos últimos años.
¿Quién se esconde tras el seudónimo de Kazuto Tatsuta?
Nadie lo sabe, ya que para proteger su identidad el autor decidió no usar su nombre real en este manga, y cambiar el de algunos compañeros y empresas relacionadas para evitar problemas.
Como muchos otros, tras el terremoto de Tôhoku decidió aportar su granito de arena en la recuperación de la zona, atraído no tan solo por las ventajosas condiciones económicas sino por algo más altruista, el ayudar a sus semejantes y evitar una catástrofe ecológica sin precedentes. Probó suerte en Fukushima y otras prefecturas donde los daños fueron mayores, como Miyagi e Iwate, y acabó trabajando en Fukushima I.
Tras seis meses trabajando en Ichi Efu alcanzó la dosis de exposición anual establecida por su empresa, por lo que tuvo que abandonar su puesto y regresar a Tokio. Fue allí donde se le ocurrió que podría usar sus habilidades como dibujante para contar su experiencia, cómo vivió él esos meses, y así animar el debate sobre la seguridad de Fukushima, las centrales nucleares y evitar que las labores de estos valientes trabajadores caigan en el olvido, eclipsadas por acontecimientos más recientes.
